lunes, 4 de marzo de 2013

Alquimia Sexual Taoísta




Durante miles de años, el humano ha vivido un proceso de transformación y evolución permanentes. A medida que transcurren las eras, generación tras generación, hemos evolucionado la biología de nuestros cuerpos como también hemos incrementado nuestra conciencia, diferenciándonos día a día del resto de las especies evolutivas de nuestro planeta. Poco a poco nuestro lazo con el instinto primario, que nos une a nuestro origen animal, se va perdiendo y vamos tomando conciencia y control sobre nuestras necesidades.

Mas que impulsos instintivos, el razonamiento se ha vuelto una característica al momento de efectuar una elección sobre como viviremos, vestiremos y nos alimentaremos. Algunos humanos están decidiendo vivir en armonía con la naturaleza y su espíritu, alimentándose de una forma más natural y conciente. Sin embargo, a la hora de hablar sobre la sexualidad, el instinto prevalece y carece de una conciencia superior que lo gobierne.

La naturaleza, en busca de la continuidad de cada especie, y en su afán de preservarse y multiplicarse, nos ha dotado de un instinto de procreación difícil de evadir, y mas aún, de hacerlo conciente. En nuestra evolución, hemos alcanzado el grado de poder escoger a nuestra (o nuestras) pareja sexual a base de diversas preferencias, seleccionando ya sea por la apariencia o por la afinidad en gustos y apreciaciones. Inclusive durante el acto sexual escogemos la forma de realizarlo para obtener mayor placer y satisfacción, alejándonos un poco del instinto animal, pero aún así, este se mantiene mucho más latente de lo que nos imaginamos.

Espiritualidad y sexo

Diversas religiones han intentado controlar este instinto de procreación, para alejarse de todo deseo relacionado con lo material, en busca de una conciencia superior, pero pocos han logrado conseguirlo. En su intento, han debido retirarse de la sociedad hacia templos, donde se mantuvieron alejados de las tentaciones que exacerbaran sus impulsos sexuales. Mediante la castidad, reprimían un impulso que se les hacía incontrolable e inalcanzable para su espectro de conciencia. Muchas religiones hasta el día de hoy, mantienen la castidad como una forma de frenar y adoctrinar estos impulsos.

En el tao se sabe que todo impulso que es reprimido, de una u otra forma, encuentra su vía de expresión hacia el exterior, y en casos esta aparición se manifiesta en forma de perversión. En los métodos de la alquimia sexual taoísta, estos impulsos no se reprimen y son liberados, viviendo una sexualidad consciente y unida al espíritu.

La polaridad

Tao significa literalmente “sendero” o “camino”, y hace referencia a algo superior. Lao Tse, en su obra “Tao Te Ching”, da a entender que en el Tao está el origen de todo lo existente. También Lao Tse señala que “el Uno engendra el dos” haciendo referencia a la manifestación de las polaridades.

Todo lo que existe en la creación, está manifestado bajo la presencia de las polaridades Yin y Yang. El Yin representa a la esencia femenina, mientras que el Yang a la polaridad masculina. Estás dos polaridades están presente en todo lo existente y sin ellas, la generación no sería posible. Inclusive en aquellos que se multiplican así mismos, como lo son algunos organismos unicelulares, la polaridad está presente en sus procesos internos, ya sea en la naturaleza de sus cargas eléctricas como en las funciones de sus organelos. La electricidad misma es un ejemplo claro, en donde es necesario tener las dos polaridades para generarla.

En nuestra raza, la polaridad está presente en el macho y la hembra, los cuales al unirse sexualmente, pueden generar vida. Este proceso lo realizan a través de la unión de células específicas que contienen toda el material genético con la información necesaria para generar un nuevo ser. Estas células específicas son el Óvulo y los Espermatozoides, los cuales contienen las cargas energéticas Yin y Yang respectivamente, para realizar el proceso de creación.


El cosmos no da margen de error

La creación es perfecta en todas sus manifestaciones. Cada movimiento de su cadena evolutiva se manifiesta en total armonía y perfección. El principio de generación está manifiesto en toda la creación, de tal forma de mantener la evolución continua del cosmos. La naturaleza en la generación y preservación de las especies, trata de disminuir las probabilidades de fracaso, por lo cual las dota de un funcionamiento orgánico muy particular. La naturaleza no da espacios a errores y trata siempre de potenciar la posibilidad de éxito en la multiplicación de las especies.

Debido a esto es que cuando las especies se aparean, los gametos que se expulsan en una eyaculación, son en grandes cantidades para aumentar la probabilidad de que los huevos de la hembra sean fertilizados. En nuestra raza ocurre lo mismo, por cada eyaculación son expulsados entre 200 a 500 millones de espermatozoides, entre los cuales uno debiese fertilizar el único óvulo femenino (en algunos casos la mujer puede madurar mas de un óvulo, pero no es frecuente).

La manifestación en la mujer es distinta a la del hombre, debido a que el hombre es Yang activo y dador, mientras que la mujer es Yin pasiva y receptiva. En la manifestación de su polaridad Yin, la mujer debe estar preparada para recibir el gameto masculino, para luego permitir que el cigoto (resultado de la unión del gameto masculino y femenino) pueda tener todas las condiciones necesarias para transformarse en un nuevo ser. Para ello, la mujer posee ciclos de 28 días, proceso en el cual se madura un único óvulo para ser fecundado por uno de los 200 a 500 millones de espermatozoides. Además genera en su útero el cuerpo lúteo o cuerpo amarillo, el cual  en caso de que no hubiese fecundación del huevo, origina la menstruación y el fin del ciclo.

El poder creativo del universo está en nosotros

La ciencia señala que el universo fue creado a través de una gran explosión: el Big Bang. En el Tao, se cree que todo era vacío (Wu Chi) desde donde surgió la creación (el Tao). Desde el Tao proviene todo lo manifiesto, desde la aparición de las polaridades hasta nosotros, pasando por los cinco elementos, los planetas, las estrellas y toda criatura viviente.

Se cree que todos estamos creados desde las mismas partículas cósmicas de las que se crean las estrellas y los planetas. Que fuimos concebidos por el mismo poder creador que manifestó el universo, en el origen, en el Big Bang. Ese poder creador lo tenemos en nuestros gametos: los óvulos y espermatozoides.

El elixir de la larga vida

En distintas épocas existieron personas que buscaron el elixir de la larga vida, que les prolongue su existencia, llenándolos de salud y los lleve a la ansiada inmortalidad. Este concepto, mas que un mito, es una metáfora de lo que hacían los antiguos maestros taoístas. Ellos bebían del elixir que les entregaba longevidad y salud necesaria para terminar su proceso evolutivo en excelentes condiciones, sin necesitar ni remedios ni ayuda de otras personas para desplazarse y realizar sus labores, a diferencia de lo que ocurre en el humano común y corriente, el cual sufre constantemente los rigores de la falta de salud y vitalidad hasta el día de su muerte. ¿Pero cual es el elixir tan ansiado que los sabios taoístas hacían referencia? Este elixir es la esencia creadora que está en sus gametos: óvulos y espermatozoides.

Los sabios taoístas sabían que la fuerza que crea los universos, es la misma que se encuentra en nuestras semillas. Entendieron además que al perder esa esencia, se avanza un poco más rápido hacia la muerte. Así se manifiesta la naturaleza de la vida, todo lo que crea vida, sufre una pequeña muerte. Lo mismo pasa en nosotros, cada vez que se eyacula y la mujer menstrua, se pierde vitalidad importante para mantener nuestro cuerpo y espíritu en su mejor condición. Esta esencia creativa no se recupera, es limitada en nuestros cuerpos, y es vital para la regeneración de las células, permite el crecimiento y desarrollo de nuestros organismos, crea cada fluido que secretan nuestras glándulas, etc. Si esta esencia no está, el cuerpo sufre, se descompensa y nos lleva hacia nuestra muerte.

El hombre en una sola eyaculación, expulsa entre 200 a 500 millones de espermatozoides, cada uno con todo el material genético necesario para crear una nueva vida, y lo que es más, con la esencia creativa tan imperiosa para nuestra existencia. Desde la adolescencia hasta la vejez, el hombre ingresa en una espiral degenerativa con cada eyaculación, lo cual le va acortando su vida y llevando paso a paso, bajo a una mala calidad de vida, a su vejez y muerte.

Las mujeres al nacer poseen entre 200 a 400 mil huevos y llega a tener en promedio entre 300 y 500 periodos, en los cuales arroja un solo huevo fértil, salvo algunas excepciones. De esos huevos, en el promedio de la mujer Chilena, dos de ellos son fecundados, mientras que el resto se pierden con todo el material genético y la energía creativa correspondiente. A medida que la mujer se acerca a la menopausia, las enfermedades aparecen con más fuerza que en su juventud, y la capacidad de regenerar sus células se desvanece junto a su fertilidad.

En la Alquimia Sexual Taoísta, esta pérdida de energía se evita, conservando la esencia creativa en nuestros cuerpos obteniendo salud y vitalidad. Se bebe del elixir de la larga vida, dejando atrás los molestos efectos de los periodos menstruales, eyaculación precoz e impotencia masculina, anorgasmia, entre otros. Además entrega un control conciente de la natalidad, tanto en hombres y mujeres, entregando el rito sexual solo para el placer, la unión de la pareja y el avance espiritual.



La armonía y el Tai Chi Tou

El Tai Chi Tou es el símbolo que refleja la perfecta armonía del Yin y el Yang. Este símbolo que muestra su mitad en color negro (Yin) y la otra de color blanco (Yang), representa el balance de las energías femenino-masculino presente en todo. Además en el Tai Chi Tou se observa que el negro contiene un círculo blanco, y el sector blanco contiene un círculo negro, demostrando que cada polaridad contiene la esencia opuesta en si misma.

Todo el universo manifiesta estas polaridades en perfecto equilibrio, armonía sutil que puede ser fácilmente alterada en nuestros cuerpos y emociones. Esta desarmonía es otra de las causas de las enfermedades y desequilibrios emocionales, que nos mantienen en la constante búsqueda del balance interior.

En la Alquimia Sexual Taoísta se intenta replicar la danza de las polaridades que se observan en el Tai Chi Tou. La mujer y el hombre, en el rito del amor sagrado, unen sus cuerpos y esencias Yin y Yang replicando el Tai Chi Tou. Los amantes, transforman sus energías sexuales en energías de amor, que es la más alta vibración existente en la creación, para luego mezclarlas y, mediante los fuegos alquímicos, las transforman en energías que les entregan evolución y equilibrio.



El orgasmo es como una explosión nuclear

La energía orgásmica es similar al fenómeno que ocurre con la energía nuclear. Con una cantidad de energía que pudiese encender una ampolleta por tan solo unas pocas horas, tras producirse una reacción en cadena, es capaz de alumbrar la misma ampolleta por años. Cuando estamos excitados, la energía sexual comienza poco a poco a multiplicarse y crecer exponencialmente, hasta que se produce el orgasmo.

Esta energía se pierde tras terminar el orgasmo a menos que sea redirigida. En el taoísmo, esta energía es conservada y redirigida hacia los centros superiores para alcanzar estados sublimes de conciencia. Las mujeres consiguen sostener el orgasmo por más tiempo y los hombres separan la eyaculación del orgasmo, haciendo de la duración de la relación sexual mas prolongada.



Mujer y hombre multiorgásmicos

Las prácticas de la Alquimia Sexual Taoísta a la larga, convierten a los amantes en seres multiorgásmicos. El hombre que antes alcanzaba la eyaculación en promedio de 3 a 7 minutos de coito, podrá extender la duración de la relación el tiempo que estime conveniente, ya que habrá aprendido a separar la eyaculación del orgasmo. Cuando las energías sexuales atraviesan las células y el sistema nervioso, la estática producida en el coito, en conjunto con la explosiva energía orgásmica, producen la sensación de orgasmos en todo el cuerpo, mucho mas intensos que los asociados a la eyaculación.

Las mujeres son por naturaleza seres multiorgásmicos, pero debido a que sus parejas no le proporcionan el tiempo suficiente para conseguirlos, esa capacidad se ha perdido lentamente. Con las prácticas de la Alquimia Sexual Taoístas, esta capacidad se recupera nuevamente.

Existe un estado que es alcanzado mediante estas prácticas conocido como el Valle (Orgasmo Valle), en donde los amantes tocan el Wu Chi o vacío, estado primordial que los acerca al origen que es el Tao. Este orgasmo es una experiencia mística y prolongada en donde la conciencia se sale de la materia, alcanzando niveles o estados superiores, en los mundos del espíritu.

Para poder realizar el intercambio sutil de las esencias, el tiempo del coito debe de ser prolongado, para que todos los ingrediente sean debidamente purificados en el fuego alquímico, para ser transformados en esencias de una naturaleza superior, que alza al humano en una espiral evolutiva mas elevada a la que alcanzan sus símiles comunes y corrientes.

En los talleres de Alquimia Sexual Taoísta, se enseñan las técnicas necesarias para conservar y transformar las energías sexuales y creativas en esencias superiores que nos entregaran una mayor calidad de vida y conciencia. Las prácticas son meditativas y no requieren de desnudo ni de acercamiento sexual. Se enseñan todas las técnicas y teorías necesarias para que los participantes puedan utilizarlas en la intimidad de su hogar. En poco tiempo, los participantes que mantienen una constancia y perseverancia en las prácticas, logran iniciar un proceso de auto sanación, eliminando diversas enfermedades y obteniendo una mayor armonía interior.